En la joyería, tal y como ocurrió prácticamente en todas las áreas de la sociedad –por supuesto, arte incluido-, el Renacimiento marcó un antes y un después, sentando algunas de las principales bases para la época contemporánea. En esta etapa, por primera vez manejamos el concepto de moda, tal y como lo conocemos hoy, y vinculamos la orfebrería a ella de forma indisoluble y trascendental… pero, vamos por parte: ¿qué es el Renacimiento y cómo afectó al arte de la joyería?

Definiendo el período renacentista
El Renacimiento fue, más que un período histórico, una época de transición social y, por consiguiente, cultural. Metodológicamente, podemos ubicarlo entre los siglos XV y XVII, aunque surgió de forma heterogénea y desordenada en todo el viejo y el nuevo mundo (Europa y América entonces, respectivamente).
Marcó el paso del Medioevo a lo que se conoce como Edad Moderna, acarreando una profunda renovación del pensamiento humano, la ciencia y el arte en sentido general. Todo ello, con un fuerte componente ideo-estético de clara influencia grecorromana.
El pensamiento religioso fue cediendo paso a la cultura burguesa (antecedente del Capitalismo). Las artes y la artesanía experimentaron un nuevo actor: el marchante o patrocinador, conocido bajo el nombre de mecenas.
¿Cómo se comportó, debido a estos cambios, la joyería en el Renacimiento?
La joyería en el renacimiento retomó dos grandes características de la joyería griega y de la romana: su función decorativa y su iconografía básica. Aumentó el colorido y el diseño llegó a considerarse escultórico, imitando desde modelos arquitectónicos hasta referencias claras a piezas antiguas de gran representatividad.

Por otra parte, el diseño de joyas y el textil se fusionaron para establecer cánones y clásicas combinaciones, muchas de las cuales prevalecen. Así, podíamos encontrar vestidos de terciopelo decorados con gemas, mantos con perlas, etc.

Por otra parte, algunos artistas plásticos reconocidos comenzaron a incursionar en la creación de joyas, firmando los ejemplares y colocándolos directamente en su catálogo de objetos artísticos. Este es el caso, por ejemplo, de Benvenuto Cellini y Alberto Durero.

Por primera vez, temáticas fantásticas comenzaron a convertirse en motivos de decoración, influida muchas veces por iconografía prehispánica; aunque también se apoyó mucho en la mitología griega.

Se pusieron de moda los camafeos, montados sobre broches o como colgantes; así como un colgante de tipo escultórico conocido como Pijante.

La joyería en el Renacimiento: influencias en la Joyería Contemporánea
La joyería en el Renacimiento llegó a llamarse muchas veces “Arte”. Nunca antes en la Historia esta práctica había sido considerada como tal, ni mucho menos patrocinada y desarrollada por artistas. Por primera vez, hablamos de joyas de autor y del fabricante como valor agregado de la pieza.
Además, se crearon gremios de joyeros, donde se impartía la profesión y se patrocinaba el trabajo de los artesanos más talentosos.
La joyería contemporánea, por su parte, hereda del gran desarrollo de la joyería en el Renacimiento la incorporación de motivos vegetales de manera recurrente, además de su vinculación definitiva a las artes mayores y a la industria textil.
Por primera vez, y para siempre, dejaron de existir los límites para la creatividad y la funcionalidad de las joyas más valiosas.
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