Las primeras extracciones de oro y el inicio de la «la fiebre dorada»

Aproximadamente 6000 años nos separan de las primeras extracciones de oro, allá por el Norte de África y el Mediterráneo oriental. 

Ese es el tiempo que ha marcado la brillante historia del metal más codiciado por la humanidad a través de los siglos. Sin embargo, su resplandor dorado como el del sol, bien puede ser eclipsado por la luna de sangre que esconde la historia que le acompaña.

Primeras extracciones de oro y su aplicación en Egipto

Este artículo es la primera parte de un apasionante recorrido por las historias de violencia y destrucción que rodean al oro. Nos centraremos en algunos de los momentos más interesantes de la humanidad hasta llegar a nuestros días. Un recuento lleno de guerras, saqueos, conquistas y masacres hasta llegar a lo que se conoce en la historia como “la fiebre dorada”.

¿Dónde y cómo empezaron algunas de las primeras extracciones de oro?

Remontémonos a una de las civilizaciones más conocidas de la antigüedad… 

El río Nilo fertilizaba, con el limo que dejaba tras las crecidas, las tierras del Antiguo Egipto, la grandiosa historia de los faraones y su pueblo florecía como las plantas de una productiva cosecha. El valle del Nilo era en efecto la fuente de vida, que sustentó esa gran civilización que aún hoy nos asombra.   

La Pasión por el Oro…

Con solo pensar en la palabra Egipto, vienes a nuestra memoria imágenes de sarcófagos dorados, ajuares, prendas y otros artilugios de oro que acompañaban las tumbas de los grandes faraones. El oro era considerado el metal más valioso por los egipcios y para ellos tenía un significado profundamente religioso.

El brillo del oro evocaba al resplandor del dios Ra, el sol en su cenit. Los dioses eran imaginados con carne de oro, huesos de plata y cabello de lapislázuli. 

La creencia en la vida eterna también estaba relacionada con este metal, el mismo poseía poder regenerativo y ayudaría al difunto faraón, considerado como hijo del Sol (lo identificaban como Ra), en su renacimiento como Osiris. 

Este uso del metal dorado podemos encontrarlo mencionado en el propio Libro de los muertos:

Tu cabellera está decorada con lapislázuli; la parte superior de tu rostro es el resplandor de Ra; tu cara es una lámina de oro y Horus la ha realzado con lapislázuli […] Tu cuello está adornado de oro y forrado con oro fino […]; tu espalda está adornada con oro, está forrada con oro fino

Extracciones de oro, su aplicación en el ajuar egipcio

El oro era extraído del propio Egipto, de las tierras de la frontera sur, aunque también se importaba desde Asia. La extracción de oro se practicaba en el Alto Egipto desde la época predinástica, comenzó con el trabajo de aluvión y fue seguida por la minería subterránea a baja profundidad, en Nubia.

Nubia, “la tierra del oro”

Nubia se extiende a lo largo del Nilo desde la Primera catarata al sur de Asuán (al sur de Egipto) y hasta la confluencia del Nilo azul y blanco. Estas tierras poseían una posición geográfica que daba acceso a productos exóticos como marfil, ébano, huevos y plumas de avestruz, pieles de grandes felinos, pigmeos y esclavos del interior de África. 

Extracción de oro: dibujos en la tumba de amenhotep II

Los barcos nubios surcaban el río atravesando el desierto del Sahara y llevaban estos productos desde el interior del continente hasta Egipto y el Mediterráneo

Si bien estas condiciones eran atractivas para los egipcios, el oro constituía sin dudas el recurso nubio más deseado. Las extensas tierras de Nubia poseían grandes yacimientos de oro, llegando a ser una de las más importantes fuentes de este metal para el imperio. La región de Kush entre la segunda y tercera catarata, era particularmente rica en oro.

No en vano estas tierras eran conocidas como “la tierra del oro” por los egipcios. Por esa razón el territorio nubio y sobre todo la parte norte era incorporada periódicamente al imperio.

Fragmento de un mural en la tumba de Amenhotep que muestra las embarcaciones procedentes de Nubia arribando con oro para ofrecer como tributo al faraón 

De la codicia a las conquistas…

Para los faraones Nubia era fuente de riquezas por lo que las relaciones si bien por momentos eran eminentemente económicas y comerciales, en otros se procedió a la conquista, el saqueo y la colonización.

templo de la reina Nefertari en Abu Simbel, construido por el faraón Ramses II
Templo de la reina Nefertari en Abu Simbel, construido por el faraón Ramses II

Mientras las luchas de poder se sucedieron en Egipto durante el primer período intermedio (época de anarquía política), en Nubia el reino Kerma vivió un esplendor creciente donde se desarrolló la riqueza minera y el comercio de esclavos y marfil. Poseedores de abundantes recursos, emprendieron una política expansionista.

Restablecido el poder faraónico en el denominado imperio medio, los faraones sintieron el peligro que podían representar los Kerma, por lo que invadieron y anexionaron las tierras de la baja Nubia, y así comenzaron las incursiones egipcias en este territorio, motivadas principalmente por las extracciones de oro y las ventajas que ofrecía.

Las primeras incursiones que sobrepasaron la segunda catarata, vinieron a manos de Sesostris III quien llevó a cabo un total de cuatro. Anteriormente, en el reinado de Sesostris I, se habían mandado a construir una serie de fortalezas en la Baja Nubia, entre la primera y la segunda catarata. 

Años después Tutmosis I encabezó campañas más allá de la tercera catarata, su sucesor Tutmosis II continuaría la conquista, protagonizando la caída del reino Kerma, luego de reprimir una revuelta que se produjo en Kush a un año de su ascenso al poder. En ella, castigó a los kushitas haciendo asesinar a todos menos al rey, que fue llevado a Egipto como rehén. 

El imperio se extendió hasta la cuarta catarata donde construyó un nuevo centro administrativo en Napata, lugar que se convirtió en un área de extracciones de oro y producción de incienso.

El período de mayor esplendor del dominio egipcio en Nubia se vivió durante el reinado de Ramsés II, que llegó a construir una serie de templos entre la primera y la segunda catarata, incluidos entre estos el famosísimo templo de Abu Simbel. 

Extracciones de oro = Dolor + Sangre

El dominio y pacificación de estas zonas para controlar los territorios y las minas para realizar extracciones de oro, trajo varios episodios violentos donde ocurrieron verdaderas masacres como la llevada a cabo por Tutmosis II, anteriormente mencionada. 

Para el control de las posesiones se nombró un virrey de Kush bajo el título de “Guardián de las Tierras de Oro del Señor de las Dos Tierras”. Este se encargaba de asegurar las rutas comerciales y de hacer llegar los tributos anuales, principalmente los de oro. 

El trabajo en las minas era particularmente duro y en condiciones tales que estos solían ser realizados por beduinos acostumbrados al clima, prisioneros y criminales. 

Todas estas son pruebas de hasta dónde se podía llegar por el admirado mineral, episodios similares a estos se seguirían viendo en el transcurso de la Historia de esta civilización, como los protagonizados por el faraón Pasametico II. Él, durante la conquista de Dukki Gel (capital histórica de los Nubios), ordenó el asesinato de unos 4000 nubios luego de saquear e incendiar la ciudad. 

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